En el diseño del libro, el papel de los ornamentos como elementos de cohesión fue capital. Ornamentos icónicos, con una clara influencia de la escritura andalusí, también reflejada en una tipografía que trataba de inspirarse en el alto medievo.
La idea era clara: lograr hacer confluir la estética tradicional de aquellos tiempos singulares sin renunciar a una revisión vanguardista, fresca y orgánica que dejara un poso memorable, casi en forma de metáfora: la única forma de construir el futuro que queremos, es conocer nuestro pasado. Y eso es lo que Osama Raghib Deeb nos ha ayudado a comprender. Este es nuestro pequeño homenaje.