Mezclamos colores y fotografías evocadores, muy conceptuales, abiertos a una libre interpretación que dotaban a las imágenes, en su conjunto, de una frescura y memorabilidad inéditas hasta el momento. La tipografía utilizada era una síntesis de la imagen de los ciclos pues aunaba el clasicismo con una construcción moderna y geométrica, con una clara vocación de arriesgar, sin perder la esencia de la orquesta.